INFORME DE TRIBUNA MAGISTERIAL JULIO 22 DE 2014

Como se dice coloquialmente, la educación se ha puesto de moda. Pero no por noticias buenas ni por buenas intenciones. Los resultados de las pruebas Pisa han llevado a los responsables del poder, encabezados por Santos, a pronunciarse, bien que con un insólito optimismo de aquel de, “perder es ganar un poco”. Y como se perdió tanto, pues mejor.

 Los tanques del pensamiento, al estilo de Compartir, utilizan el descalabro para presentar sus recetas, todas entrañablemente parecidas, en la medida en que responden a los dictados de las agencias internacionales que hoy como ayer hunden a la educación en una cadena de desastres sin fin. Los columnistas de la gran prensa elevan sus voces criticando, exigiendo y, en varios casos, culpando a los maestros y a Fecode.

 Con todo esto se ha formado una corriente de “cambio” de la educación. Lo prometió Santos en su campaña esgrimiendo en la mano derecha el estudio de Compartir. Ahora, que está a punto de iniciar su segundo período, del cual se sabe que no se sabe cuánto tiempo va a durar, 5, 6 años, con otro articulito que se le reforme a la Constitución, va a volver a Colombia, “la más educada”, según él asevera.

 Lo cierto es que no hay que hacerse ilusiones. Todas la reformas neoliberales, desde el “revolcón” de Gaviria hasta las reformas santistas de la educación superior, la justicia y la de salud son las de navegar de Guatemala para Guatepior. Con próceres como Gaviria, Samper, Pastrana, Uribe y Santos se cumple la máxima que “toda situación por mala que sea es susceptible de empeorar”. Más privatización, más atraso, menos autonomía, persecución implacable a los maestros. Por ello no podemos creer en los cantos de sirena de Santos con los que encubre su política, cantos que no sólo creen sino que entonan entusiastas muchos que se declaran demócratas y de izquierda, haciéndole el favor al presidente más derechista de encubrirse con la piel de oveja de su supuesto izquierdismo o Tercera Vía o como quiera que se le denomine para engaño de los colombianos. No cabe duda que en el Plan Nacional de Desarrollo se tomarán medidas contra la educación pública, como se busca a toda costa negar los acuerdos sobre ascenso.

 Los hechos inmediatos y concretos revelan lo que son esas preocupaciones de Santos y su corte por la educación y los educadores: el proceso de discusión en la comisión sobre el nuevo modelo de ascenso para el 1278 ha sido una interminable dilación. No nos extraña. Ya la ministra había dicho que de no haber acuerdo la evaluación de competencias seguiría en el 2015. Además, por supuesto, de su llamado –y el de Santos, para que no le queden dudas a los que maliciosamente creen que el presidente es el bueno y la ministra la mala-  para que continúe la evaluación para ascender.

Los maestros debemos desechar cualquier ilusión con Santos y prepararnos ideológica, política y organizativamente para la arremetida que con bombos y platillos se viene anunciando.

 

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