102 años de la USO y la ofensiva contra ECOPETROL

Bogotá, 20 de febrero de 2025

El pasado 10 de febrero, la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo, USO, cumplió 102 años de fundada y la refinería de Barrancabermeja 103 años de construida. Resaltan de ambos onomásticos el fuerte pronunciamiento del presidente del sindicato, César Loza, contra la política de transición energética del presidente Petro y el silencio cómplice de la CUT a favor del gobierno sobre el tema, pese a ser la USO una de sus más importantes afiliadas.

La Unión Sindical Obrera tiene para resaltar en su ya larga trayectoria sucesos ejemplares que marcan la historia de la industria petrolera y de las luchas obreras.

-Nace con la clase obrera colombiana a principios del siglo pasado, con una clara posición contra la injerencia de Estados Unidos en nuestro país, luchando al lado de los trabajadores de la época y enfrentando a la Tropical Oil Company. Hace su primera huelga en 1924 por mejorar las condiciones de vida y de trabajo, y luego en 1927, movimiento en el que se plantea la nacionalización de la industria petrolera.

-Conquista con la huelga de 1948 la reversión al Estado de la Concesión De Mares y la refinería de Barrancabermeja, y la creación de la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, el 25 de agosto de 1951. Por esta razón, para la USO, la defensa de Ecopetrol no es solo un mandato estatutario o una definición de su plataforma de lucha, sino que constituye la defensa de su más importante logro.

-Libra innumerables batallas por la reversión al Estado, en cabeza de Ecopetrol, de importantes campos en concesión, entre ellos, los de Magdalena Medio, Catatumbo, Huila y Putumayo, y los de Castilla, Apiay, Chichimene y Rubiales en el Meta, y algunos más, reversiones que significaron avance en la soberanía energética y mayores recursos para la empresa.

-Acompaña con movilización los procesos que condujeron a que Ecopetrol adquiriera la refinería de Cartagena y otras, incursionara en la exploración, explotación, transporte y refinación, como también en la petroquímica y la comercialización de combustibles y gas, hasta convertirse en la empresa más importante del país.

Las multinacionales del petróleo y el capital financiero, unidos a la política antinacional de los gobiernos de turno, han conspirado siempre contra el fortalecimiento de este patrimonio de la nación.

En el gobierno de César Gaviria, la venta de su participación en Terpel le cerró la línea en la distribución y comercialización de combustibles, aceites y lubricantes.

– En la administración de Samper, los neoliberales le sacaron el componente de transporte y comercialización de gas natural para crear ECOGAS, empresa que luego privatizaron.

– En el gobierno de Uribe, avanzando así en su privatización, la convirtieron en una empresa por acciones para vender hasta un 20% del total, lo cual ya se hizo con un 11%. Se volvió a los contratos de concesión, de corte colonialista.

– Los gobiernos de Santos y Duque disminuyeron sustancialmente las inversiones en mantenimiento de los campos y en exploración. Y ahora Gustavo Petro ha negado la firma de nuevos contratos de exploración y saboteado la perforación de potenciales yacimientos de crudo y gas en la Costa Caribe, poniendo en riesgo el autoabastecimiento de gas.

La USO ha resistido las políticas antinacionales. En 1998 participó en el Paro Nacional Estatal, en 2004 fue a la huelga general y en distintos momentos y con distinta intensidad ha hecho oposición a las privatizaciones y al aniquilamiento de la empresa. En el gobierno de Gustavo Petro se requiere que la USO plantee el rechazo a la política antipetrolera y se oponga con determinación al intento de acabar con la exploración y explotación de petróleo y gas, desatino que, sumado a los golpes a sus finanzas con medidas tributarias, llevarán a Ecopetrol a desaparecer, con graves afectaciones a los trabajadores, las regiones petroleras y la economía del país. El reciente anuncio de la venta de la subsidiaria CENIT, dueña de los ductos de transporte de petróleo, gas y derivados, es un golpe mortal a la empresa.

La transición energética, que todos consideramos necesaria, no puede ser aventurera e irresponsable con las finanzas del país y el bienestar de la población. Debe ser soberana, garantizar el autoabastecimiento y no causarle daño a la población ni a la producción nacional. Sin combustibles y energía, el país dará un salto al vacío.

El país y en especial el movimiento sindical deben respaldar el reciente llamado de la USO, a través de su presidente CESAR LOZA, para defender a Ecopetrol, fortalecer la industria petrolera y hacer una transición soberana y responsable.

Tribuna Sindical

Timoteo Romero, ejecutivo CUT Nacional; Jhonson Torres, ejecutivo CUT Nacional;

Carmén Helena Dussan ejecutiva CUT Cundinamarca – Bogotá, Diógenes Orjuela, expresidente de la CUT.

Victoria Avendaño Pedrozo

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