DECLARACIÓN- CONSTANCIA PRESENTADA A LA 81ª JUNTA NACIONAL DE LA CUT POR TRIBUNA SINDICAL Y TRIBUNA MAGISTERIAL

Bogotá, agosto de 2025

El Octavo Congreso Nacional de nuestra Central ratificó asuntos que es importante resaltar, a pesar de la reticencia de sectores que pretendieron borrar aspectos históricos y de principios que son irrenunciables. La ratificación de los principios fundacionales nos recuerda además que estos priman por encima de los gobiernos, los patronos, los partidos y los credos religiosos o filosóficos. Los retomamos en esta 81ª Junta de la Central para evaluar la situación de coyuntura nacional e internacional

EL CARÁCTER ANTIMPERIALISTA

En la actual coyuntura internacional debió ser asumido este mandato con más firmeza que nunca frente al imperialismo norteamericano y ante la política de agresión económica y militar de Trump. La decisión del gobierno Petro de autorizar a Estados Unidos la permanencia de aeronaves de su Armada en la Amazonia con un falso criterio ambientalista, ejercicios militares de su más poderoso portaviones en el Pacífico colombiano, el uso de nuestra Isla Gorgona para sus propósitos hegemonistas y dar el aval al despliegue de tropas de EEUU, en el mar caribe, anunciado por Marco Rubio, adicionado con los indebidos pronunciamientos de senadores y funcionarios gringos sobre las decisiones de la justicia colombiana y otros asuntos internos de nuestra situación política nacional,   más que un rechazo contundente ha tenido un silencio cómplice de la mayoría de nuestra dirigencia sindical. Es claro que este gobierno, aparte de sus bravuconadas por las deportaciones y otros asuntos, ha mantenido una política de sometimiento al imperialismo, y la CUT no ha pronunciado una sola palabra de condena.

COMBATE A LA CORRUPCIÓN

La aplicación de la política neoliberal ha sido acompañada de la escandalosa corrupción de toda índole, incluida la mermelada a los congresistas para la aprobación de las reformas. La CUT ha sido implacable con todos los gobiernos anteriores en la denuncia y condena a este, uno de los peores flagelos de nuestro país. Condenamos el silencio de una mayoría de ejecutivos y dirigentes de la Central, con su presidente al frente, que han impedido el rechazo a los graves actos de corrupción que han sacudido a este gobierno con una larga lista de procesados, investigados, llamados a juicio y prófugos como el exdirector del DAPRE, Ramón González, el ex ministro Bonilla, el exdirector de la Función Pública, César Manrique, Ricardo Roa, de Ecopetrol, Olmedo López de la UNRGD, y la reciente lista a la que ha sido incorporada Gloria Inés Ramírez. Duele haber oído a dirigentes de nuestra central justificando la corrupción con el mismo argumento de los neoliberales: que “son mentiras de la oposición” o que de todas maneras “en este gobierno se ha robado menos plata que en los anteriores”. Los trabajadores no pueden perdonar este comportamiento. ¿O van a aceptar que la corrupción de los anteriores gobiernos era mala y la de este gobierno es buena y hasta plausible?  ¿O que comprar congresistas no era válido en anteriores gobiernos y en este sí?

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Durante más de 30 años, la CUT lideró la condena a los organismos que, como instrumentos bajo el control del imperialismo, impulsaron el Consenso de Washington, la apertura económica, los TLC, el fuerte endeudamiento, las reformas laborales, pensionales y de la salud, las privatizaciones, las concesiones, la regla fiscal, las reformas tributarias y todo lo relacionado con el sometimiento y pérdida de soberanía del país. Grave que en el Octavo Congreso de la Central se hayan oído voces señalando que ya no se debía combatir al imperialismo ni a sus instrumentos de sometimiento, el FMI, el BM y la OCDE, pero más grave aún, que efectivamente se hayan terminado aceptando sus medidas: alza desmesurada en los combustibles, a las cuales nos opusimos ferozmente frente a Uribe, Santos y Duque; reformas tributarias con duro golpe al bolsillo de los más pobres incluido el impuesto a los alimentos azucarados y ultra procesados; reforma laboral sin derechos colectivos, con tercerización y permanencia de las formas abusivas de contratación en el sector público y privado; reforma pensional con pensiones de miseria, aceptación de pensiones inferiores al salario mínimo y la obligatoriedad para quienes devenguen más de 2.3 salarios mínimos de cotizar a los fondos privados, a los que el gobierno fortaleció con esta y otras medidas; y reforma a la salud que mantiene el aseguramiento neoliberal y las EPS. Con la consigna engañosa de “apoyo a las reformas sociales del cambio” se llamó constantemente a los trabajadores a respaldar las reformas neoliberales, omitiendo decirles que detrás de algunos aspectos positivos había asuntos no solo negativos sino francamente regresivos para los trabajadores. El engaño llevó a una apatía total de los trabajadores ante la movilización y empeorará si se mantiene el concepto, no cierto, como lo están haciendo algunos dirigentes ya en plan de campaña, de que son conquistas históricas. Históricos tampoco han sido los incrementos en el salario mínimo, o en el sector estatal, históricos no son los acuerdos estatales de este gobierno que, al igual que los anteriores, se negó sistemáticamente a formalizar las plantas de personal y por el contrario incrementó los contratos basura a niveles impensables, contrariando su consigna de dignificar el trabajo.

Tampoco es válido que, amparados en las cifras de desempleo e inflación, los dirigentes pretendan señalar que hay una buena marcha de la economía, ocultando la gravedad del déficit fiscal del 7.8%, el monto de la deuda que ya pasa de los mil billones de pesos y el 61% del PIB, un raquítico crecimiento del 2.6%, la escandalosa caída de la disponibilidad de dinero en caja a escasos 10 billones y la desfinanciación del presupuesto. Romper la Regla Fiscal impuesta por el FMI, lo cual podría considerarse positivo, se vuelve condenable al quedar claro que es para endeudar más el país

La renegociación de los TLC, el obstáculo principal para desarrollar el aparato productivo e instrumento para el sometimiento de nuestra economía fue promesa de campaña y ha sido consigna permanente de nuestra Central. La renegociación fue abandonada no solo por el gobierno Petro sino también por la CUT, a pesar del mandato de nuestro Congreso. Luchas como las que vienen librando sectores importantes del agro como los arroceros, los paperos y los cebolleros fueron ignoradas y hasta condenadas por la CUT, a pesar de que la Plataforma de Lucha y la Declaración de Principios ordenan “la defensa de la producción nacional”. En casos como el del justo paro de los camioneros fue peor. No solo no los respaldó la actual dirigencia, sino que se sumó a la equivocada estigmatización gubernamental al tratarlos de golpistas.

Pero acá no para el cúmulo de equivocaciones. La cúpula, y aclaramos que no todo el ejecutivo ni toda la dirigencia, entró en lo peor de lo peor, sabotear, parar o impedir que los trabajadores realizaran potestas, paros o movilizaciones contra el gobierno. La frase más trillada del presidente era que si no respaldaban al gobierno, no habría apoyo de la central, y la más reaccionaria: “Al gobierno hay que respaldarlo así haga las cosas mal”. O la del expresidente Francisco maltés en el Congreso de la CUT: “En este gobierno los problemas de los trabajadores pasan a segundo plano”. Nunca hubo un pronunciamiento institucional de la CUT de respaldo al magisterio en el gravísimo problema de servicios médicos; a los trabajadores de la UNP se les llegó a orientar que le hicieran paros o protestas a los contratistas pero no a la UNP; a los trabajadores de Agrosavia, entidad de investigación agropecuaria a la que el gobierno se ha empeñado en acabar, se les ha negado el apoyo, y nada se dice, a pesar de las denuncias de la USO contra la equivocada política de transición energética que acabará no solo con Ecopetrol sino con miles de empleos de la industria del petróleo y del carbón. Así fueron despachados muchos sindicatos que acudieron a pedir apoyo a sus batallas.

La cereza del pastel fue el paro del Mintrabajo. La actitud de abierto esquirolaje del presidente de la CUT y otros dirigentes quedará inscrita en las páginas más oscuras de la Central. El comportamiento del gobierno, con la exministra Gloria Inés al frente, no se diferenció en nada del que tuvo el gobierno de Santos con el paro de los pilotos de Avianca: represión, negativa a negociar y acciones rompehuelgas, todo con el beneplácito del sector gobiernista de la CUT.

No menos reprochable ha sido el abandono casi total de la denuncia a la violación de los derechos humanos, amenazas y asesinatos de líderes sociales que se han continuado sucediendo en este gobierno. Las cifras de diversos organismos de derechos humanos, la ONU, INDEPAZ y otras, siguen siendo escalofriantes. ¿Acaso mantener esta actitud que desde su creación mantuvo la CUT podía ofender al gobierno del cambio? Se ha preferido ocultar que siempre fue denuncia de primera importancia para la Central, como lo ratificó el Octavo Congreso con un mensaje contundente.

La situación del magisterio cada día es más penosa: Pésimos servicios médicos, denuncias de malos manejos en las finanzas del FOMAG, golpe al régimen especial de la ley 91 del magisterio con el ilegal decreto 858 e incertidumbre en el futuro trámite de la ley de competencias, requieren de una denuncia abierta y una movilización poderosa como lo ha hecho históricamente.

La Junta Nacional que hoy se reúne en el ocaso del actual gobierno, debe reivindicar lo que ha sido su Plataforma de Lucha y su Declaración de principios, como lo ordenó el Octavo Congreso. El hecho de que una mayoría haya aprobado una equivocada declaración de respaldo al gobierno no es patente de corso para echar a la basura nuestros principios fundacionales, traicionar a los trabajadores y pasar de agache frente a las graves equivocaciones del gobierno de Gustavo Petro.

Nuestro sector, Tribuna Sindical y Magisterial, seguirá reivindicando como fuerza de izquierda democrática y alternativa en el movimiento sindical, estos objetivos de lucha y estos principios que guían a la CUT desde su fundación. Lo haremos en el quehacer diario y en el propósito de defenderlos en el proceso electoral del 2026, alejados de quienes mal gobernaron hasta el 2022 y de las equivocaciones del actual gobierno.

 

     PRESENTADA POR:     DELEGADOS DE TRIBUNA SINDICAL Y TRIBUNA MAGISTERIAL

Victoria Avendaño, Timoteo Romero, Jonhson Torres, Nohora Cáceres, Manuel Santos Ramírez, Laura Munévar, Emilio Bohórquez, Luis Fernando Giraldo, Carmen Helena Dussán, Edilsa del Socorro Catillo, Diana Katherine Ramírez, Marco Tulio Portela, Edison Salas, Edilberto Castro, Edith Cruz, María Cleomaris González.

CON APOYO DE: DIOGENES ORJUELA Ex presidente de la CUT y dirigentes de diferentes regiones y sindicatos del país

 

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