UN NUEVO MODELO DE ASCENSO NO PASA POR LA EVALUACIÓN

Tribuna Magisterial, Bogotá, junio 20 de 2014

El acuerdo logrado en mayo con el Gobierno Nacional contiene como una de sus partes fundamentales el establecimiento de un nuevo modelo de ascenso y reubicación salarial para los maestros del estatuto 1278, que será el resultado de una comisión conformada por tres delegados del Gobierno y tres de FECODE. Los criterios que definirán este modelo serán: títulos, experiencia y producción académica, entre otros consensuados. La evaluación de competencias se aplicará por última vez en este año 2014.

La primera consideración que se debe hacer es la siguiente: el magisterio colombiano no acepta que el ascenso quede amarrado a la evaluación, llámese como se llame: de competencias, de desempeño, multimodal, multidimensional, saber de los estudiantes, entre otras. La razón: la experiencia demuestra de manera fehaciente que el gobierno usa –y seguirá usando si así lo consigue- la evaluación para impedir que haya ascenso, perseguir a los maestros e imponer su privatizadora y antinacional política educativa.

De hecho Santos y su ministra han dicho en todos los tonos y por todos los medios que irán a la comisión a conseguir un nuevo modelo de evaluación. Así lo dijo el presidente por radio y, en un evento inaudito e inédito, por Encuentro, el programa del magisterio colombiano, con la anuencia de la mayoría del Comité Ejecutivo de FECODE. Igual cosa ha hecho la Ministra de EDUCACIÓN, que se ha atrevido a pronosticar que si no hay acuerdo seguirá rigiendo la evaluación de competencias. Y para que no quede duda en la circular 15, suscrita por el Vice Ministro de Educación, Julio Alandete, el Gobierno dice que la comisión establecerá un nuevo modelo para ascenso y reubicación, “que permita mejorar la evaluación, hacerla pertinente, multidimensional…” y que “no negociará la suspensión o la eliminación de la evaluación docente”.

En cambio el magisterio colombiano defiende los tres criterios que se acordaron: los títulos, la experiencia, es decir, el tiempo de servicio, y la producción académica. En ellos está el compromiso con el mejoramiento de la calidad de laEDUCACIÓN y el reconocimiento a la dignificación del maestro. En ninguna parte del texto del acuerdo quedó establecida la evaluación.

Tal como quedó establecido en el acta de acuerdo el modelo es un paso transitorio mientras se consensua el Estatuto único de la Profesión docente. No sobra precisar entonces que lo que salga de la comisión es de interés para los educadores nuevos y también para los antiguos, como quiera que necesariamente marque pautas para el FUTURO de todos los maestros.

En esas circunstancias es evidente que hay una aguda contradicción entre la posición del magisterio para que se cumpla el acuerdo con un modelo de ascenso y reubicación de nivel salarial sin evaluación y la del Gobierno Nacional de imponer un modelo de ascenso con evaluación. Por lo tanto los maestros colombianos debemos prepararnos para la lucha.

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