Santos procura imponerle al magisterio nuevas, más refinadas y perversas formas de evaluación para el ascenso agravando el ya de por sí lesivo y abusivo procedimiento establecido en el estatuto 1278. Lo viene reiterando incesantemente desde su política de Estado elaborada en el Estudio de Compartir, desde sus afirmaciones y las de su ministra, de la Circular No. 15 del Viceministro de Educación (que encabeza la delegación gubernamental en la comisión de ascensos); y lo llevó a la mesa de negociaciones en forma de dos criterios: resultados institucionales e idoneidad. Ante ello Tribuna Magisterial ha dejado constancia en el Comité Ejecutivo de FECODE de su rechazo enfático a que se acepte la política santista contra el magisterio.
Con el paro de mayo se acordó un nuevo modelo de ascenso de los educadores sin que medie evaluación alguna –y que no puede estar sometido a los dos criterios del Gobierno que contienen pares evaluadores, pruebas Saber, exámenes escritos y verbales, control estatal ilegal de los PEI y el Gobierno Escolar, porcentajes de deserción-. Que se respete el acuerdo es de capital importancia no sólo para los nuevos educadores sino también para los antiguos. Al fin y al cabo un mal acuerdo golpearía la aspiración de tener un estatuto para todos los educadores que les garantice estabilidad laboral, un régimen disciplinario especial y un escalafón que permita mejorar las condiciones salariales con el ascenso. Sería una catástrofe que, además, le daría vía libre al Gobierno para adelantar la nueva reforma educativa que viene publicitando con bombos y platillos y que, en esencia, es un nuevo paso, aún más agresivo, de privatización, adecuación a la destrucción de los sectores agropecuarios e industrial causados por los TLC, y de arrasamiento de la autonomía educativa.
Como si el anterior panorama no fuera de suma preocupación fuimos enterados por los medios de comunicación que el presidente de FECODE celebró una reunión con Gina Parody, en ese momento candidata al Ministerio de Educación, en un más que obvio apoyo a la decisión de Santos de nombrar como ministra a una persona que durante su paso por el SENA se caracterizó por atacar a esa institución, hacerle asistencia a Santos en desfinanciarla con la Reforma Tributaria, y perseguir a los estudiantes y los trabajadores que justamente han tratado de defender un patrimonio de todos los colombianos. Actuación arbitraria y contraria a los intereses de los maestros y la educación pública del representante legal de la federación, contraviniendo la decisión del Comité Ejecutivo de no participar en el bazar de componendas que el país ha visto en torno a la designación del gabinete presidencial. Tribuna Magisterial dejó constancia en el Comité Ejecutivo de su rechazo y condena a ese reprobable proceder que demuestra fehacientemente el apoyo de la mayoría de Fecode al Gobierno.
El comunicado que expidió la mayoría del Comité Ejecutivo este fin de semana es una nueva y lamentable muestra de su claudicación. Guarda silencio frente a cómo avanza la política educativa de Santos: nada dice de la profundización de la privatización con la construcción de más colegios concesionados y de la aceleración del programa de Cero a Siempre; de las implicaciones que para los docentes tiene el Estudio Compartir, que ya se viene aplicando; del impulso frenético a la Jornada Única sin aumento de la planta docente y sin infraestructura, lo que conduce a ocho horas de trabajo y tercerización en medio del hacinamiento en los colegios, a los cuales se les imponen planes de estudio violando flagrantemente la autonomía educativa, igual a como lo viene haciendo con programas como Todos a Aprender; de cómo las recomendaciones de la OCDE (el club de los imperialismos que nos saquean) con las prueba Pisa son ley. No le merece un comentario la alharaca gubernamental sobre el aumento del presupuesto de educación cuando en realidad el SGP disminuye de 3,8% a 3,7% y lo que sube es lo destinado a privatización. Reduce el acuerdo alcanzado sobre ascensos únicamente al desmonte de la evaluación de competencias cuando ya el Gobierno en la propia negociación ha presentado otras formas de evaluación, en una evidente alcahuetería a la maniobra que se urde. Señalan como responsable a la nueva Ministra de Educación (después de haberle dado un tácito apoyo) de cualquier conflicto, para sacar nuevamente en limpio al presidente, cómo si él no fuera el responsable de la política de su gobierno.
Consecuentes con nuestra histórica posición de rechazo a la violencia como método de hacer política nos afirmamos en la salida negociada al conflicto armado que vive el país. Colombia merece y necesita un acuerdo de paz. Pero ese empeño de los colombianos no debe ser utilizado por la mayoría de Fecode para concitar de ninguna manera el apoyo del magisterio a la lesiva política que Santos adelanta contra Colombia y la educación pública.
Convocamos al magisterio colombiano a cerrar filas en torno a la defensa de la educación pública; de un nuevo modelo de ascensos con el reconocimiento de los títulos, el tiempo de servicio y la producción académica, y sin evaluación; y a oponerse a la entrega de la autonomía de FECODE al gobierno santista.
FRANCISCO TORRES M. LUIS ALBERTO MENDOZA
Secretario de Rel. Internacionales Secretario de Género
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